miércoles, 4 de noviembre de 2015



LA CARENCIA DE VALORES EN LA SOCIEDAD Y EL ROL DEL DOCENTE EN LOS PROCESOS DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE


En  nuestra sociedad actual observamos y miramos el decaimiento de  los valores ético-morales, que en un tiempo fueron los pilares base, para la  firme construcción de vidas eficaces, en el progreso personal y colectivo.
Hoy en día se está pasando por una crisis y quizá la una de las más relevantes como lo es LA CRISIS DE LOS  VALORES, que en muchas ocasiones no es tenida cuenta como punto principal, sino que por el contrario es pasado a un segundo o tercer plano. Determinando efectos y causas que conllevan a la proliferación de estancamiento y subdesarrollo social. Esta crisis es la madre de todas las sub-crisis encontradas en nuestra sociedad, ya que todo lo que se realice de forma contraria a la ética y moral, en aspectos políticos, sociales, ambientales, religiosos, y otros, son de total inicialización de problemas sociales que solemos encontrar muy a menudo.

Esta problemática social, desencadena una serie de conflictos determinantes, presentados en los dilemas éticos, que como podemos encontrar, se genera una duda individual, que parte a ser colectiva, cuando se toma una decisión ante el problema planteado, que en numerosas situaciones, no se tiene en cuenta a las personas que están en nuestro alrededor y  terminan afectando sus derechos.

El cuestionamiento de quien tiene la culpa de una sociedad  así, es sin duda alguna, una de las que más se divulga a diario, muchos dicen que es por políticas de gobierno que no ha sabido gobernar equitativamente, y que ha influido en la pobreza extrema que ha originado de esta manera los problemas con los cuales se combate a diario, como: la drogadicción, robo, delincuencia común. Etc. Pero realmente los culpables somos nosotros, que no contribuimos, porque en cada decisión se debería pensar no solamente en el yo si no en los demás, porque aunque a veces somos ajenos a ese pensamientos que todos necesitamos de todos, en esencia es  verdad,  ya que todos construimos una sociedad, por ende la colectividad está arraigada a nosotros, idea que no se puede sacar , y si no se razona, o se comienza actuar de la mano con la ética y la moral, estaremos sumergidos en una crisis de valores,  teniendo en cuenta que es el principal desencadenamiento de otras problemáticas de carácter social, y con mucha más abundante determinación en la convivencia.

Basándonos en el dilema ético generado   en el proceso de enseñanza y aprendizaje  donde el docente no solo cumple el rol de educador sino en muchos casos el rol que debería asumir el padre de familia, actualmente, observamos que en la sociedad juvenil prevalece una carencia de normas de conducta basadas en principios éticos, debido a la falta de autoridad y disciplina en el hogar, siendo este el motivo por el que los padres de familia recargan su responsabilidad de ausencia de valores en los docentes, los cuales se ven sujetos a diversas críticas y situaciones que se salen del contexto escolar.”  Debido a  esto, como actores sociales de nuestras comunidades somos testigos de cómo la falta de principios éticos en la sociedad de hoy ha generado que la mayoría de jóvenes y adolescentes sigan normas de conducta de acuerdo al consumismo y satisfacción de necesidades superficiales, sin embargo, es peor aún observar que “las conductas inmorales de algunos ciudadanos y políticos  sigan proliferando con toda impunidad” (Adela Cortina), lo cual trabaja como espejo que refleja estas bajas acciones en la formación de los niños y jóvenes de hoy. Por ende,  surge una  inquietud ¿Para qué sirve la ética?

Si se analiza  por un momento la problemática social del siglo XXI, se puede verificar como el afán por conseguir beneficios monetarios han generado que los adultos se ausenten la mayoría del tiempo de sus hogares,  un ejemplo de esta problemática se vive en el municipio de Silvia Cauca específicamente en la zona rural perteneciente a los pueblos indígenas, donde se evidencia el ausentismo de los padres de familia en los hogares, a causa de diversas  labores manuales en el caso de los padres y el traslado al casco urbano y ciudades aledañas de las madres las cuales se desempeñan en oficios varios como empleadas domésticas, auxiliares de cocina y demás, estas obligaciones han ocasionado que niños en edades entre los diez años en adelante asuman el rol de padres de sus hermanos más pequeños, perdiendo su rol de niños obligados a asumir un papel desconocido para ellos. Por ende,  como docente en una de las instituciones indígenas evidencio este problema de primera mano y me encuentro en medio de un preocupante dilema ético porque sé, que la carencia económica y falta de recursos de primera necesidad en la mayoría de los hogares de los pueblos indígenas obligan a los mismos a asumir roles distintos  de las labores agrícolas obligándolos a desplazarse y dejar a sus hijos. En síntesis,  esta problemática afecta de manera arbitraria a los niños y adolescentes puesto que a corto plazo ocasiona la deserción escolar de los mismos, quienes ven su futuro en conseguir cualquier tipo de trabajo y en el caso de las niñas desertan convirtiéndose en madres  de familia en edades tempranas; perdiendo en el camino su ideal de vida. Según (ética_amartya pág. 5) “La capacidad real que tiene una persona para alcanzar logros está bajo la influencia de las oportunidades económicas, las libertades políticas, las facilidades sociales y las condiciones habilitantes de buena salud, educación básica así como el aliento y cultivo de iniciativas.”


Resumiendo, la ausencia de los padres en la familia han ocasionado la falta de autoridad en el mismo, muchas veces obligados por cumplir con sus deberes laborales y así poder suplir las necesidades de sus hijos, sin embargo, si la economía estuviera basada en recursos y en principios éticos como la confianza, el valor del dinero no sería tan indispensable como lo es hoy en día donde la sociedad consumista de hoy, ha generado que los adultos en general se ausenten por horas de sus hogares  ocasionando la falta de autoridad en los jóvenes y, en varios casos también, obligando que muchos jóvenes asuman responsabilidades ajenas a su desarrollo.



Por otra parte,  tanto en la población blanca como en las comunidades indígenas en lo particular en las comunidades indígenas se está generando una problemática social de odio especialmente desde la concepción de autoridad que culturalmente se está perdiendo pues quienes en el momento son los encargados de ejercer la justicia hacen cumplir los remedios propuestos por la asamblea que en muchas ocasiones no buscan solucionar el problema y más bien obedecen a represalias por problemas anteriores o simplemente por aspectos personales. Situación que lentamente aumenta el descontento, pues se está obedeciendo con la justificación del bien común a afectar al individuo que al ser parte dela misma comunidad trata de aceptar y practicar las normas impuestas por la comunidad, condición que acepta para pertenecer a ella. En occidente vemos constantes quejas de todo lo que está mal, buscamos responsables queremos castigados, pero siempre aparentemente el problema está fuera de nosotros mismos, y todo esto a pesar de tener un sistema civilizado, en el cual la ética no la defiende el sistema, pero si está siendo practicada por cada individuo que dependiendo de su nivel moral se comporta dentro de los cánones establecidos por la sociedad. Por ende,  La problemática social generada a partir de la práctica de la justicia indígena, se agranda en la medida que se confronta con la justicia occidental y se empiezan medir las situaciones bajo la lupa de la ética, y el problema no es la ética, más bien es la concepción desde la visión del pueblo indígena de lo que representa lo que está bien o está mal, y de cómo se presentan falencias desde el punto de vista cuando la experiencia de los mayores, se está dejando de lado y no se reflexiona sobre las decisiones obedeciéndose  simplemente a pasiones de momento.
Respondiendo a esto, se debe enfatizar que la ética es una y no hay justificación alguna sea cual sea la concepción que identifique y rija a un pueblo indígena o no, ya que las falencias del mismo radican en cómo se manejan  los conflictos dentro de acciones morales que respeten los derechos de las personas, puesto que una sociedad regida bajo conductas éticas como la confianza, el respeto por el otro, la equidad, etc., sería una sociedad perfecta.




Finalmente, podríamos afirmar que la ética aplicada en el desarrollo de la sociedad sería las bases para un cambio cultural donde primaria la equidad y desaparecerían los estatus sociales hoy existentes, donde los contratos se sujetarían a la confianza de unos  a otros y las necesidades diarias se suplirían con el intercambio de recursos de unos a otros, denominados trueques llegando al fin a proteger el medio ambiente  pero, esto es un sueño idealizado por pocos conscientes de la necesidad de cambiar de pensamiento y actitud hacia la vida, puesto que en la realidad somos afectados por las acciones egoístas de sí mismos, donde crecer cuantitativamente es más importante que preservar los recursos naturales que nos dan vida; a este paso los niños de hoy serán los testigos de la autodestrucción de la tierra generado por la carencia de principios éticos y morales en las familias.





REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Recuperado de “Fundamentos Teóricos éticos- Unidad 1”
Información citas tomadas de libros: “Las profesiones y la ética aplicada”

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